Hablemos de MIEDOS en perros

Hablemos de MIEDOS en perros

Si tienes un perrito que tiene miedo de “todo”, entiendes que la vida con un perro miedoso puede ser “limitante”

En vez de conocer el mundo caminando con confianza y una cola que se mueve de lado a lado, un perro miedoso posiblemente huya de cualquier nuevo estímulo, o, peor aún, sufra episodios de reactividad para evitar estímulos externos e incluso nuevas situaciones. 

Lo cierto, es que no es fácil para los dog-dads y dog-moms admitir que tenemos un perro constantemente asustado y trabajar en superar esos miedos puede ser agobiante si no contamos con las herramientas adecuadas. 

Posiblemente te preguntes: ¿De donde vienen esos miedos?

Los miedos de un perro pueden tener sus orígenes tanto naturales como “aprendidos”. Cuando queremos ver el origen de un comportamiento en nuestro perro debemos tomar en cuenta su composición genética, sus experiencias tempranas, su entorno y la vida diaria. Pues todos estos factores pueden tener un impacto en su temperamento.

Las causas más comunes de miedo en perros son: 

Predisposición Genética

Si, existen predisposiciones genéticas que condicionan el comportamiento de los perros. Por ejemplo, un cachorro nacido de una madre ansiosa, tiende a tener más probabilidades de ser miedoso.

Falta de socialización (o incorrecta socialización):

Esta es una de las razones más comunes. Durante su etapa de socialización, es necesario exponer positivamente  a nuevas personas, animales y entornos durante el período socialización del cachorro. 

Es más probable que un perro que de cachorro no fue expuesto al mundo que lo rodea de forma positiva, desconfíe de cualquier estímulo nuevo. 

Si quieres profundizar más sobre el tema, te invitamos a leer nuestra Guía para socializar a tu cachorro. 

Experiencias traumáticas

Para algunos peludos, una sola experiencia traumática puede crear respuestas de miedo de por vida. Por ejemplo, un perro que durante un paseo en una “fase de miedo” fue sorprendido por el sonido de alguna explosión, puede reaccionar negativamente a otros ruidos fuertes como portazos. 

Retroalimentación de miedos pre-existentes

Cuando un perro siente miedo, es frecuente que aparezca un proceso de autoalimentación de ese estado emocional: Tener miedo (las reacciones fisiológicas y las acciones que el miedo genera en el perro: músculos tensos, respiración y latidos acelerados, temblores, etc). genera más miedo por sí mismo, sin que haya ningún otro estímulo externo.


Si  esto sucede, puede que el perro comience a asociar otras cosas a ese miedo. Por ejemplo, un perro con miedo a ir en coche, si llega a su destino en un estado ansioso y con miedo, podría asociar otros estímulos presentes con el miedo inicial, generando nuevos miedos y potenciales fobias. 


Si el perro con miedo sigue siendo expuesto a los estímulos que le asustan sin tratar el problema, estas transferencias pueden aumentar de forma indefinida, potenciando una vida con inestabilidad, estrés y por ende infelicidad para el peludo.


¿Es miedo o es dolor? 

Algunos comportamientos que pueden parecer miedo, podrían estar relacionados con dolor. Por ejemplo, un perro al que le “asusta” que lo toquen, podría estar lidiando con algún problema de salud no diagnosticado. 

 

Es importante visitar al veterinario regularmente y en caso de presentar síntomas de miedo, es este especialista quien podrá ayudarte a descartar el dolor.

 

¿Cómo reconocer el miedo en tu perro? 

El primer paso para ayudar a un perro con miedo, es aprender a reconocer su lenguaje corporal, sólo así podrás anticiparte y/o apoyarlo en situaciones de estrés. 

Es cierto que existen reacciones que no pasarás por alto, por ejemplo si ves a tu perro encorvado, con el rabo entre las patas e incluso temblando. Pero hay algunas señales más sutiles que te ayudarán a identificar el miedo antes de que tu perro llegue a ese punto de estrés.


Los signos más notables de miedo en un perro son:

  • Temblores
  • Encorvar su cuerpo y bajar la cabeza
  • Echar sus orejas hacia atrás
  • Guardar la cola entre las patas
  • Que se le erice el pelo de cuello y espalda
  • Gruñidos
  • Exponer sus dientes
  • Radiactividad a la correa 
  • Ladridos 

Sin embargo, los siguientes signos (mucho más sutiles) también son expresiones de miedo: 

  • Quedarse congelado en un lugar 
  • Moverse en cámara lenta
  • Lamer sus labios repetidamente
  • Bostezar frecuentemente
  • Tratar de alejarse del estímulo 
  • Jadear mucho repentinamente. 

 

¿Cómo  ayudar a tu perro a superar (o sobrellevar) los miedos?


Como siempre, nuestra principal recomendación es: ¡Busca ayuda de un especialista! 


Existen muchas personas dedicadas a ayudar a perritos a superar sus miedos y a familias multiespecie a tener vidas más plenas. Sin embargo, es importante que busques al especialista correcto. Si un entrenador te dice que expongas repetidamente a tu perro a sus miedos para que lo supere CORRE LEJOS DE AHÍ. 


Tu perro no necesita que lo expongas desconsideradamente a aquello que teme. Un perro con miedo necesita, en primer lugar, un espacio seguro (y lo ideal es que ese espacio seas tú) y en segundo lugar las herramientas adecuadas para superar sus miedos. 


Lo ideal es que inicies un programa de entrenamiento positivo, acompañado de actividades de descompresión (juegos olfativos, paseos al aire libre lejos, ejercicios de lamida, masticación, actividades cognitivas) y ejercicios de propiocepción. Todas estas herramientas ayudarán a tu perro a ir ganando confianza en sí mismo y le brindarán herramientas para liberar estrés ante estímulos que le asustan. 


Entiende que un perro temeroso necesita su tiempo. Es él quien debe marcar el ritmo de los avances. Necesitas ser paciente y amable, pero sobre todo empático con tu peludo. Forzarle a salir de sus zona de control a un ritmo distinto al suyo, podría empeorar la situación. 


Sé paciente, constante y amable y serás recompensado con un perro más seguro de sí mismo.

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